Poder Militar Global : Hoy Aniversario de la Guerra México-Estadounidense

domingo, 8 de septiembre de 2013

Hoy Aniversario de la Guerra México-Estadounidense



 La Guerra se inició cuando el Presidente James Knox Polk quiso preservar el nuevo territorio adquirido (La República de Texas convertida en el Estado de Texas en 1845 cuando fue admitida como un nuevo Estado de la Unión) y envió al ejército estadounidense, el cual debía apostarse en la supuesta frontera con México. El presidente estadounidense dio órdenes a sus tropas de traspasar el río de las Nueces hasta llegar al río Bravo. Texas, cuando aún era República, había intentado extender su frontera original (el río Nueces) hasta el río Bravo (que eran territorios del estado mexicano de Tamaulipas) mediante el Tratado de Velasco que había firmado el prisionero General Antonio López de Santa Anna y que no fue reconocido por México.

Al internarse las tropas estadounidenses en el territorio en disputa entre México y Texas, fueron atacadas y así dio inicio la guerra. La invasión comenzó en varios frentes: en el territorio de la Alta California operaba, aún antes de la declaración de guerra, un grupo de filibusteros estadounidenses y la marina de Estados Unidos en el Océano Pacífico, una facción del ejército de los Estados Unidos se lanzó hacia el territorio de Nuevo México mientras otra, con refuerzos del norte, avanzó hacia el sur por Tamaulipas y Nuevo León hasta que fue detenida; posteriormente el contingente más importante y mejor reforzado desembarcó en el Puerto de Veracruz y avanzó hasta la capital de México.
Los territorios de Nuevo México, Alta California, Baja California y los estados de Coahuila, Veracruz, Puebla y el Estado de México fueron ocupados. A los puertos marítimos de otros estados se les aplicó un bloqueo naval. El ejército mexicano estaba al mando del General Antonio López de Santa Anna hasta la ocupación de la capital de la República. Dando término a las acciones bélicas se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo donde México reconoció la independencia de la República de Texas, fijaba la frontera de ese estado en el río Bravo y cedía los territorios de la Alta California y Nuevo México a Estados Unidos. Como compensación, los Estados Unidos pagarían $15 millones por el territorio mexicano perdido durante la guerra.



ANTECEDENTES: La Invasión Norteamericana tiene sus antecedentes en las políticas expansionistas de Estados Unidos que desde 1809 se venían observando: la compra de la Louisiana en 1803 y la firma del Tratado Adams-Onís de 1819 con el que España cedió la península de la Florida, son algunos ejemplos.

Cuando México logró su independencia, Estados Unidos envió a Joel Robert Poinsett como representante para firmar un tratado de límites llamado Tratado de Velasco en el cual Estados Unidos intenta infructuosamente anexarse la provincia mexicana de Texas. Posteriormente se inicia un proceso de ocupación pacífica en la que miles de emigrantes norteamericanos, agricultores y aventureros, se van estableciendo con o sin permiso de las autoridades mexicanas en esa región; desde 1823, con el permiso del gobierno mexicano, Stephen Austin comenzó a llevar emigrantes anglosajones a Texas. El 25 de agosto de 1829 Poinsett ofreció cinco millones de dólares por el territorio de Texas.

Hacia 1834 muchos colonos estadounidenses se habían establecido en Texas, que formaba parte de México, con el permiso del gobierno mexicano (Invasión Cultural); Moses Austin fue uno de los principales promotores la llegada de inmigrantes anglosajones a Texas. Esta corriente fue alentada y apoyada también por Andrew Jackson cuyo antiguo colaborador, Samuel Houston, jugó un papel importante en el desenlace de esta invasión pacífica.

Texas declaró su independencia de México en 1836, habiendo un único mexicano, Lorenzo de Zavala, participante en ella, siendo todos los demás «texanos mexicanos rebeldes» (originarios de varios y diversos estados de Estados Unidos). Tras sufrir varias derrotas (la más conocida fue la batalla de El Álamo), los rebeldes vencieron finalmente a las tropas al mando de Santa Anna en la batalla de San Jacinto, capturando al presidente; este firmó en prisión el Tratado de Velasco, en el que reconoció la independencia del nuevo estado y la frontera del río Bravo. México desconoció la validez del Tratado, la independencia de Texas y el nuevo límite fronterizo (el límite entre los estados de Tamaulipas y Texas era el río Nueces). En los años siguientes se produjeron algunas incursiones militares de tropas mexicanas que llegaron a ocupar San Antonio pero que acabaron replegándose en cada ocasión al sur de río Bravo.
En 1845 Texas ingresó como parte de los Estados Unidos con categoría de estado, y ese evento desencadenó los sucesos que habrían de conducir a la guerra. Ese mismo año crecieron las tensiones entre los dos países sobre estos territorios cuando el gobierno de EE.UU. ofreció pagar la deuda mexicana a los colonos estadounidenses si México permitía que EE.UU. le comprara los territorios de Alta California y Nuevo México, siendo rechazada la propuesta por el gobierno mexicano, rompiéndose las relaciones diplomáticas entre ambos países vecinos y se retiró de Washington el representante del gobierno mexicano.



Albores de la guerra:El gobierno estadounidense hizo caso omiso de la opinión mexicana de que el límite de la frontera sur de Texas era el río Nueces y ordenó al general Zachary Taylor establecer tropas entre los ríos Nueces y Bravo. Para México se trataba de una ocupación de territorio perteneciente a Nuevo Santander, territorio mexicano en esa época, que abarcaba lo que hoy es el Estado de Tamaulipas y el territorio al norte del río Bravo (río Grande) hasta el río de las Nueces. El general Pedro Ampudia envió al general Taylor una carta intimándole que deshiciera su fuerte y se retirara hasta más allá del río Nueces. La carta fue ignorada, y las tropas estadounidenses avanzaron más al sur, hasta la desembocadura del río Bravo, donde comenzaron a construir el Fuerte Brown.
El primer choque armado se produjo el 24 de abril de 1846 en un lugar llamado Rancho Carricitos, que se encuentra en Texas, al norte del río Bravo y cerca del actual territorio mexicano de Tamaulipas, cuando una patrulla estadounidense de 63 hombres, al mando del capitán Seth Thornton que estaba en misión de exploración fue emboscada por lanceros al mando del general Anastasio Torrejón
Inmediatamente el presidente Polk solicitó al Congreso una declaración de guerra, iniciando su discurso con las famosas palabras: «Sangre estadounidense ha sido derramada en suelo estadounidense...» (El enfrentamiento se había producido en la zona de territorio que los EEUU reclamaba como propio). El congreso de los EEUU declaró la guerra el 13 de mayo de 1846. Los estadounidenses norteños y los whigs (republicanos) generalmente se opusieron a la guerra, mientras que los sureños esclavistas y los demócratas tendieron apoyarla. Por su parte, el general Taylor inició las hostilidades aún sin haber recibido la noticia de la declaración de guerra formal entre los dos países y así presentó batalla a los mexicanos al mando de Arista en Palo Alto y en la Resaca de la Palma o Resaca de Guerrero, el 8 y 9 de mayo.
México declaró la guerra diez días después, el 23 de mayo de 1846, enfrentando así una guerra para la que no estaba preparado ni económica, ni militarmente, teniendo un ejército que resultó no siempre equipado para el combate, y según el historiador Vicente Riva Palacio, en su obra México a través de los siglos, citado por Humberto Mussachio, «sus jefes, más preocupados por obtener empleos bien remunerados y otros privilegios, principalmente Santa Anna actuaron, 'con sus excepciones', impulsados por la cobardía y la traición»





COMBATES:  Después de las declaraciones de guerra, las fuerzas estadounidenses invadieron territorio mexicano en diversos puntos. En el Pacífico, la fuerza naval al mando de John D. Sloat fue enviada para ocupar California y reclamarla para EE.UU. debido a preocupaciones de que Gran Bretaña también intentase ocupar el área. Sloat se alió con colonos anglosajones del norte de California quienes previamente habían declarado una República Independiente de California y habían ocupado varias ciudades clave.
El gobierno de Estados Unidos ordenó a su ejército atacar los siguientes puntos de México: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y otros puntos hacia el sur. También invadió Monterey (Alta California). Por otra parte, se bloquearon los puertos de Tampico, Frontera Carmen, Guaymas, Mazatlán y San Blas, entre otros.

El 7 de agosto de 1845, el comodoro estadounidense David Connor intentó sin éxito tomar el Puerto de Alvarado, Veracruz. El 15 de octubre de 1846 volvería a fracasar en el empeño (Batalla de Santa Teresa (1846)).
Mientras tanto, las tropas del ejército de EE.UU. (bajo el mando de Stephen W. Kearny) ocuparon Santa Fe (Nuevo México); posteriormente Kearny condujo una pequeña tropa a California, donde, después de algunos reveses iniciales, se unió con las fuerzas navales bajo el mando de Robert F. Stockton para ocupar San Diego y Los Ángeles.

La fuerza principal guiada por Taylor continuó a través del río Bravo hacia México, derrotando a las fuerzas de Pedro Ampudia en la batalla de Monterrey en septiembre de 1846, tras una fiera resistencia de los regiomontanos que resistieron durante varias semanas.
El 23 de octubre de 1846, las tropas estadounidenses a bordo de 7 buques al mando del comodoro Matthew C. Perry, tomaron el puerto de Frontera, Tabasco que se encontraba sin guarnición, y el 25 de octubre enfilaron sobre la capital del estado San Juan Bautista emplazando a las autoridades tabasqueñas a rendirse, solicitud que fue rechazada por el gobernador Juan Bautista Traconis, iniciando así la Primera Batalla de Tabasco, la que terminó el 26 por la tarde con una victoria de las fuerzas tabasqueñas, siendo esta una de las pocas batallas ganadas por México en esta guerra. Los estadounidenses se retiraron hacia el puerto de Frontera iniciando un bloqueo para impedir la entrada de víveres y bastimientos para las tropas tabasqueñas.




Mas Combates: El gobernador Juan Bautista Traconis solicitó al gobierno mexicano apoyo con pertrechos de guerra, pero al no recibirlos, el 9 de noviembre declaró a Tabasco separado de la nación mexicana,Al mismo tiempo el Estado de Yucatán se independizó por segunda vez y se produjo un levantamiento federalista en la ciudad de México, derrocándose el gobierno de Mariano Paredes y propiciándose el regreso de Santa Anna de su exilio cubano en diciembre de 1846.

Santa Anna marchó personalmente hacia el norte para enfrentarse a Taylor en la Batalla de la Angostura, conocida en los EE.UU. como Batalla de Buena Vista el 22 y 23 de febrero de 1847. A pesar de ir ganando la batalla, al caer la noche Santa Anna interrumpió el combate declarándose vencedor y emprendió una inmediata retirada (muy discutida y criticada por la historiografía mexicana) que en la práctica equivalió a una derrota y que sorprendió al mismo Taylor. Lo no discutible es que la invasión fue detenida en este punto.

Scott ganó el puerto de Veracruz tras un cruento bombardeo donde murieron muchos civiles y marchó hacia la Ciudad de México con ayuda de la Mexican Spy Company («Compañía de espías mexicanos»), un grupo de mexicanos que apoyaron al lado estadounidense y actuaron como guías, ayudando a ganar la batalla de Cerro Gordo.

En el otro frente, el 16 de junio de 1847, nuevamente las tropas estadounidenses al mando de Matthew C. Perry, atacaron la capital tabasqueña San Juan Bautista, desarrollándose la Segunda Batalla de Tabasco, pero en esta ocasión sin víveres ni bastimentos militares suficientes, la capital cayó en poder de los estadounidenses y el Comodoro Perry nombró al general Vant Brunt Gobernador de Tabasco.
Después de que Scott tomó Puebla sin encontrar resistencia se dieron las importantes batallas de Padierna, Churubusco y Molino del Rey; el castillo de Chapultepec cayó en una defensa en la que intervinieron los jóvenes cadetes de ese plantel militar muriendo varios de ellos, (los conocidos como Niños Héroes). Durante el asalto cayeron prisioneros los generales Mariano Monterde (Director del Colegio Militar de México) y Nicolás Bravo (antaño héroe de la independencia). Una gran cantidad de civiles se levantaron en armas contra los invasores en la Ciudad de México sin embargo sus esfuerzos fueron inútiles, al mismo tiempo que el gobierno central mexicano perdía el control del país.
La caída de Chapultepec tuvo dos consecuencias inmediatas: la ocupación por los estadounidenses de la ciudad de México y la nueva renuncia de Santa Anna a la presidencia de la nación. 

Fin de la guerra, Combatientes e Implicaciones políticas de la guerra:


El Tratado de Cahuenga, firmado el 13 de enero de 1847 en Los Ángeles, finalizó las disputas en California. El nuevo gobierno encabezado por Manuel de la Peña y Peña inició las negociaciones de paz con los Estados Unidos que culminaron con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en la villa homónima (hoy parte de la Ciudad de México) el 2 de febrero de 1848. El tratado fue redactado en su totalidad por Estados Unidos y otorgó a este país el control sobre Texas, el territorio en disputa entre México y Texas que comprendía toda la tierra al norte del Río Bravo y los territorios conocidos como Alta California y Santa Fe de Nuevo México, apropiándose de lo que hoy son los Estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Colorado,Wyoming, Kansas y Oklahoma (lo que se conoce como Cesión Mexicana). Para México significó la pérdida de más de 800.000 millas cuadradas (más de 2.100.000 km²) de tierra, el 55% de su territorio de entonces. A cambio, los Estados Unidos le darían 3 pagos y 15.000.000 de dólares como gastos de guerra y cubriría los daños sufridos por sus connacionales en México.
Los territorios anexionados contenían aproximadamente 7.000 habitantes mexicanos en Alta California y cerca de 100.000 habitantes en Nuevo México, aunque esta cifra sólo incluye los de origen español. Muchas tribus indígenas hablaban español y no se contabilizaban en esos censos, por lo que es probable que la cantidad real de habitantes fuera mayor.

Durante el curso de la guerra, murieron alrededor de 12.000 soldados estadounidenses pero sólo unos 1.700 en combate; los demás fallecieron por enfermedades y condiciones insalubres, cosa bastante habitual en las guerras de la época. Se estima que murieron 25.000 soldados mexicanos. De un 30 a 40% de las bajas mexicanas permanece de alguna manera en el misterio.

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