El costo de eventuales ataques militares contra Siria "no debería ser extraordinario", consideró este jueves el jefe de la Marina estadounidense, quien no obstante recordó que un solo misil Tomahawk costaba "1,5 millones de dólares".
"Las cifras no son extraordinarias a este punto", declaró el almirante Jonathan Greenert, jefe del estado mayor de la Marina, durante una intervención ante el American Enterprise Institute, un grupo de reflexión conservador de Washington.
El miércoles durante una audición ante la Cámara de Representantes estadounidense, el secretario de Defensa Chuck Hagel había mencionado un costo de "varias decenas de millones de dólares".
La mayoría de los buques lanzamisiles en la zona "estaban ahí de todas maneras" en el marco de operativos previstos, explicó el almirante Greenert, aunque excluyó de esta observación el caso del portaaviones Nimitz, de los tres destructores y del crucero que forman su escolta.
Este grupo aeronaval, que tenía que regresar a Estados Unidos luego de su despliegue en la región del Golfo, fue redirigido hacia el mar Rojo.
El costo semanal de un destructor desplegado es de siete millones de dólares y el de un grupo aéreo (los cerca de 80 aparatos con los que cuenta un portaaviones) de 25 millones de dólares para "operativos de rutina" y de 40 millones en el caso de operativos intensivos.
Exceptuando una eventual intervención con bombarderos furtivos B-2, el costo del ataque debería por lo tanto variar en función de la cantidad de misiles Tomahawk que la Marina estadounidense lance.
Estos misiles ya fueron pagados, pero la Marina debería sustituirlos para el futuro si son usados.
Sólo en el primer día de la intervención en Libia, 110 Tomahawks fueron lanzados. La participación estadounidense en el conflicto había costado en total 1.000 millones de dólares.
Gordon Adams, especialista en presupuesto de Defensa, consideró por su parte en la revista estadounidense Foreign Policy que el "sobrecosto" producto de ataques en Siria, entre otros por las primas que se pagan a militares involucrados o el mayor consumo de combustible, alcanzaría un máximo de entre "100 a 200 millones de dólares".
Ninguna de estas cifras tiene en cuenta el costo que insumiría sustituir los Tomahawks que se lancen.
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