Un nuevo enfoque a largo plazo de la Casa Blanca respecto a Moscú presenta una edición revisada de la estrategia de contención que data de la Guerra Fría. Buscará aislar a Rusia cortando sus vínculos con el mundo exterior, opinan los analistas. El analista de 'The New York Times', Peter Baker, fundamentándose en diversas fuentes y los comentarios que le ofrecieron los integrantes y exintegrantes del equipo del presidente Barack Obama y miembros de su Administración, afirma que eso ya no depende de una posible solución positiva a las contradicciones actuales en torno a Ucrania.
El periodista no duda de que el mandatario estadounidense intente en los dos años y medio que le quedan de su segundo mandato presidencial no hacer caso a Putin en las áreas de política exterior donde no considere probable un "progreso". Esta idea le fue sugerida por el exrepresentante de EE.UU. ante la OTAN y el actual presidente del Consejo de Chicago para los Asuntos Globales, Ivo Daalder. El consejero propone"incrementar gradualmente los costes para Rusia", lo que "no resuelve el problema de Crimea y probablemente no resuelve el problema del este de Ucrania, pero podría resolver ‘el problema’ de la propia Rusia". El presidente ruso, Vladímir Putin, por su parte se mostró dispuesto a mejorar las relaciones entre Moscú y Occidente. "Depende no solo de nosotros. Depende de nuestros socios. Creo que no hay nada que impida una cooperación normal y una normalización", dijo Putin en una entrevista en la televisión rusa. Una confirmación de que la opinión del Kremlin no le importa a Washington está en la venidera designación de un nuevo embajador a Rusia, cree el experto.
La Casa Blanca estudia la candidatura del exembajador en Ucrania, Georgia y Lituania, John Teffl, que anteriormente fue declinada porque podría irritar a Rusia. Ahora, aludieron los funcionarios consultados, ya no hay reticencia alguna ante lo que ofenda al Kremlin. La prioridad de Estados Unidos es ensamblar un consenso internacional contra Rusia que incluya a China, que por largo tiempo la respaldó en el Consejo de Seguridad de la ONU, sostiene el autor. Pero no es cierto que todos los consejeros empujen a Obama a dar pasos destructivos. Hay otros que temen que vaya demasiado lejos en su política de aislamiento y ponga en riesgo las economías, todavía muy frágiles, de ambos lados del Atlántico. Mientras tanto, los expertos aseguran que los planes de EE.UU. son poco probables, ya que el diálogo entre Rusia y China se desarrolla muy intensamente y el número de contactos seguirá creciendo. Además, el apoyo de los BRICS a la posición de Rusia en la crisis de Ucrania muestra que el dominio mundial establecido por Occidente después de la Guerra Fría se está desmoronando, destacan los analistas internacionales.
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