En el 65º aniversario de la OTAN, el debate sobre la expansión de la alianza sigue siendo muy polémico. De hecho, muchos consideran que, con su ampliación, esta rompió la promesa que le hizo a Rusia tras la caída del telón de acero. El Tratado de la Alianza del Atlántico Norte, más tarde Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fue suscrito en 1949 y su finalidad era, según su primer secretario general, Lord Ismay, proteger a Europa manteniendo “a los rusos fuera, a EE.UU. dentro y a Alemania bajo control”. Desde la reunificación de Alemania, la OTAN casi ha duplicado su tamaño, pasando de tener 16 Estados miembros en 1990 a contar con 28 en la actualidad, algo que, según algunos analistas y políticos, nunca debería haber sucedido.
La mayoría de los altos funcionarios rusos se sienten engañados por la OTAN y acusan a Occidente de no cumplir con los compromisos asumidos durante las negociaciones para la reunificación alemana, cuando la alianza acordó no expandirse hacia el este. El secretario de Estado de EEUU, James Baker, le aseguró al entonces líder soviético Mijaíl Gorbachov en febrero de 1990 que la OTAN no se expandiría una pulgada más hacia oriente. Sin embargo, este compromiso nunca fue documentado formalmente y desde entonces la alianza ha crecido drásticamente. El embajador de EE.UU. en la Unión Soviética entre 1987 y 1991, Jack Matlock, escribió en el periódico 'Komsomolskaya Pravda' que tanto Gorbachov como el expresidente de EE.UU. George Bush estaban de acuerdo en que la OTAN no se expandiría en esa dirección. Es más, Matlock incluso argumentó que si Bush y Gorbachov hubieran sido reelegidos, la expansión de la OTAN no habría tenido lugar. Desde la desintegración de la Unión Soviética, la OTAN se ha expandido agresivamente hacia el este, sobre todo en las últimas dos décadas. En 1999, la República Checa, Hungría y Polonia se unieron a la alianza. Esto fue seguido por la mayor expansión en la historia de la OTAN cuando en 2004, siete nuevos países de Europa del Este se unieron a la alianza (Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia).
La ampliación fue rematada en 2009, cuando Albania y Croacia se unieron. Sin embargo, a medida que la alianza continuó expandiéndose, también lo hizo la desconfianza y la tensión. "La aparición en nuestras fronteras de un bloque militar […] es percibida por Rusia como una amenaza", aseguró el mandatario ruso, Vladímir Putin, tras participar en una reunión con los 26 miembros de la OTAN en 2008. Putin afirmó entonces que "no basta la promesa" de la alianza de que ya no es enemiga de Rusia y de que su ampliación no se dirige contra ella. "Hemos escuchado en el pasado promesas como esas que no se cumplieron", subrayó. El propósito del bloque continúa siendo cuestionado cada vez más en el siglo XXI. De hecho, el representante permanente de Rusia ante la OTAN, Alexánder Grushkó, afirmó este mismo miércoles ante la prensa que el proceso de expansión de la OTAN se ha agotado. "Ha demostrado que ha debilitado la seguridad y que no ha eliminado las líneas divisorias, sino que más bien las ha movido hacia el este y ha agitado la psicología de los Estados que están en primera línea. Vemos que los países que se unen a la OTAN comienzan a exigir garantías adicionales y medidas de protección adicionales, más que otras naciones", apuntó el diplomático.
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