La policía de México ha desalojado de la plaza principal de la capital a miles de maestros que se oponen a la reforma educativa. El operativo de los uniformados estuvo respaldado por helicópteros y camiones blindados.
Las fuerzas federales desplegaron a los manifestantes con chorros de agua y gas lacrimógeno, mientras los activistas respondían con bombas molotov y palos. Una vez que los agentes sacaron a los docentes de la plaza del Zócalo, los policías montaron vallas humanas para impedir que regresaran.
Aunque la mayoría de los manifestantes se había retirado de la plaza pacíficamente, decenas de profesores se resistían a desmontar sus tiendas de campaña. Además, una minoría portaba tubos y piedras aguardando la llegada de los policías federales y antimotines, que derivó en fuertes enfrentamientos.
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