El Gobierno brasileño autorizó hoy a las Fuerzas Armadas comprar un sistema antiaéreo ruso de mediano alcance que puede disparar a objetivos situados entre 200 metros y 20 kilómetros de distancia, a una altitud de entre 5 y 15 kilómetros.
El Gobierno brasileño autorizó hoy a las Fuerzas Armadas comprar un sistema antiaéreo ruso de mediano alcance que puede disparar a objetivos situados entre 200 metros y 20 kilómetros de distancia, a una altitud de entre 5 y 15 kilómetros.
La aprobación fue publicada hoy en el Diario Oficial de la Unión, y autorizada por el ministro de Defensa brasileño, Celso Amorim.
El aparato es una exigencia de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) para el Mundial de fútbol del año que viene, así como un sistema de defensa obligatorio para todos los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y que Brasil aún no tenía.
El modelo ruso en cuestión es un Pantsir-S1, y puede alcanzar hasta 24 objetivos simultáneos, ya sean aviones, aviones teledirigidos, helicópteros, barcos o vehículos blindados.
Actualmente, es utilizado por Siria en la guerra civil que vive.
La compra brasileña se produce tras un acuerdo de intenciones firmado en febrero por el primer ministro ruso Dmitry Medvedev, y el vicepresidente brasileño Michel Temer en Brasilia.
La idea del gobierno brasileño, que no divulgó el valor del acuerdo, era adquirir cinco baterías antiaéreas: dos modelos Igla de corto alcance (hasta 5 km de altura ), y tres modelos Pantsir-S1 de medio alcance.
Según el texto del Ministerio de Defensa, el proceso de negociación con Rusia también incluye dos sistemas. Para el Pantsir habrá "transferencia irrestricta de la tecnología".
Está previsto, además, que Brasil cuente con un sistema de alerta y el sistema de control de una artillería de mediano alcance, que todavía está en fase de desarrollo en Rusia, tres sensores y tres centros de operaciones para los Pantsir, además de artículos de logística, de simulación, operaciones de entrenamiento y armas.
Cada batería rusa Pantsir-S1 incluye seis vehículos con radar, sistemas de detección y cañones.
Para la Copa Confederaciones y la visita del Papa en Brasil, en junio y julio respectivamente, el Ejército brasileño tuvo que comprar un sistema de baja gama que se utiliza en Alemania, que consta de 34 tanques Gepard capaces de alcanzar objetivos de hasta 15 km de distancia y hasta 3 km de altitud, por unos 30 millones de euros.
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