El anuncio de la elección del futuro caza brasileño (programa conocido como FX-2) cuando está punto de finalizar 2013 puede haber tomado a muchos por sorpresa, pero la verdad es que el Gripen, desde su selección técnica por el Comité de Coordinación del Programa de Aeronaves de Combate (COPAC)
publicada a finales de 2009, era la aeronave que efectivamente tenía
mejor posición oficial dentro de la fase de definición de la
competición. El informe técnico dejó claro que uno de los parámetros de
selección de los nuevos aviones se centraría en el ámbito financiero, a
pesar de la creencia general sobre la cuestión de la transferencia de
tecnología.
Un guión inverosímil que involucra a un ex-agente estadounidense y
sus denuncias de espionaje desde su país al gobierno brasileño, que
vieron la luz en 2013, torpedeó las posibilidades de la norteamericana Boeing con su modelo F-18. También se pasó por el sabor amargo de la solución de alto costo del avión Rafale de Dassault
ofrecida por los franceses, que ya poseen una buena porción de tarta
naval y aeroespacial de programas militares brasileños. Finalmente, la
presidente brasileña, Dilma Rousseff, tomó su decisión
cuando el camino estaba claro. La opción sueca, además de asegurar el
menor costo total del programa de los nuevos aviones de combate de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB),
ofrecía un menor coste político a cambio de un rendimiento que la
aviación del país, en todo caso, nunca había alcanzado hasta ahora.
El Gripen NG es una aeronave en desarrollo que ya cuenta con
la participación de empresas brasileñas en su en su planificación y
producción futura.
El Gobierno sueco está firmemente comprometido con el avión, y los
acuerdos de transferencia de tecnología y la asociación con las
instituciones de enseñanza de alto nivel ya se han convertido en una
realidad, sobre todo en el Valle de Paraiba y la región del Gran ABC, en el estado de São Paulo.
El
fabricante siempre ha dado en la tecla del menor coste total del
programa, y algunas características de los sistemas del avión sólo
añaden más valor a esta ventaja. Por ejemplo: el Gripen ya está homologado para utilizar el nuevo misil A-Darter, desarrollado conjuntamente por Brasil y Sudáfrica. Además, los aviones AEX&C de la Fuerza Aérea Brasileña, que vuelan en el Escuadrón Guardián,
tienen una altísima compatibilidad y conectividad con el nuevo vector,
con menores plazos de entrega y costos de integración. De hecho se
encuentran en pleno proceso de modernización, un buen momento teniendo
en cuenta el origen sueco de ambos sistemas.
El Gripen tiene un menor coste de hora de vuelo, una
formación simulada en red de alta capacidad, menor precio, capacidades
técnicas de última generación, radar AESA de buen alcance (un
requisito esencial para la FAB) y enlace de datos digital. El avión ya
tiene también un avanzado conjunto de armas integradas en sus
capacidades, muchas de las cuales ya son empleadas por la FAB.
Una futura versión naval
Además el Gripen es compatible con el tipo de
reabastecimiento en vuelo utilizado por la FAB, lo que le permite una
alta movilidad estratégica dentro del espacio aéreo del país.
Se trata de un avión pensado desde el principio para resultar fácil
de operar y mantener que puede ser desplegado en bases aéreas de primera
línea del frente, como tramos de autopistas, con una mínima
infraestructura de apoyo.
Por otra parte, Saab ya tiene una oferta de una versión naval, el Sea Gripen, que encaja mejor en los planes del futuro reequipamiento de la Aviación Naval de la Marina de Brasil. Al ser más ligero, el Sea Gripen puede operar con menores restricciones de peso desde la cubierta de vuelo del portaaviones São Paulo
o desde su futuro sustituto. La propuesta de una versión naval es algo
serio que el fabricante está preparado para justificar con datos de
rendimiento (simulados) bastante convincentes.
Equipado con componentes norteamericanos
Sin embargo, hay que considerar que el motor del avión es de origen
norteamericano, así como muchos de sus principales sistemas asociados y
componentes electrónicos importantes. Aquí es dónde la cuestión de la
transferencia tecnológica comienza realmente a golpear. Se espera que
Brasil logre alcanzar el mayor nivel posible de independencia
tecnológica del programa Gripen, y participar activamente en el
desarrollo y producción de la nueva versión de la aeronave parece ser
la opción más sostenible económica y políticamente, en el contexto
internacional actual. El avión ofrece muchas posibilidades con bajo
riesgo de futuras inversiones y un mayor control por parte del gobierno
brasileño y la FAB sobre diferentes aspectos de la parte operativa e
industrial de la aeronave.
Naturalmente se espera una asociación industrial con la firma local Embraer Defensa y Seguridad
para aprovechar el proceso de su fabricación en Brasil. Solo la fase de
firma de los contratos llevará dos años, y los primeros Gripen NG
nuevos deberán llegar a los escuadrones brasileños entre 2017 y 2018,
coincidiendo con el momento en el que los primeros aparatos F-5M estarán siendo retirados del servicio activo.
Para que este complejo entramado alcance sus metas en el momento
adecuado, resulta vital que el gobierno federal encuentre formas de
prevenir la reducción de fondos estratégicos de Defensa, como ha
sucedido en los últimos años.
Por otro lado, las anteriores versiones de la aeronave, aún muy
capaces, pueden ser ofrecidas a la FAB como solución para poder comenzar
con el proceso de introducción del nuevo caza de forma más rápida,
mientras que el desarrollo final de la versión brasileña y su producción
sean ultimados. Las posibilidades son infinitas.
El hecho es que, tras años de espera, finalmente, el FX-2 llegó, por caminos torcidos, a una decisión racional.
Fuente: Infodefensa.com
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